El País escrigué:
19/01/2009
El concursante más listo del suburbio indio
La británica 'Slumdog millionaire' es la última sorpresa del cine europeo
La historia de un huérfano de Bombay que llega a la final del concurso televisivo ¿Quiere ser millonario?, una suerte de relato dickensiano pero con todo el color y las contradicciones de la India moderna, se ha erigido en el fenómeno cinematográfico de la temporada. Dirigida por Danny Boyle, Slumdog millionaire, que se estrena en España el 13 de febrero, acaba de arrasar en los Globos de Oro (cuatro galardones, incluidos mejor dirección y película) y se ha colocado a la cabeza del pelotón que apunta hacia los Oscar. "Hay que tener cuidado con las expectativas, porque la certeza puede conducir fácilmente a la decepción", admite Boyle saboreando el mayor éxito de su carrera desde Trainspotting (1996).
El británico (Manchester, 1956) es un cineasta difícil de clasificar que ha transitado por diversos géneros y manejado presupuestos dispares a ambos lados del Atlántico, como la megaproducción al servicio de Leonardo di Caprio La playa, el terror zombi de 28 días después o la fábula de entretenimiento familiar dibujada en Millones. Boyle no prestó mayor atención al libro del diplomático indio Vikas Swarup, Q&A (publicado por Anagrama en España bajo el título ¿Quiere ser millonario?) cuando se convirtió en un superventas traducido a 37 lenguas. Fue el guión de Simon Beaufoy (The full monty) sobre aquella historia de un huérfano que sobrevive en el arrabal más populoso y mísero de Bombay, Dhavari, y la posibilidad de plasmar en el cine el latido de una ciudad vibrante e implacable, lo que literalmente "acabó secuestrándome". "Tan sólo leídas las primeras 15 páginas", explica, "supe que tenía que filmarla.
A sus 18 años, una pregunta separa a Jamal Malik del premio de 20 millones de rupias (400.000 dólares) en la versión india de uno de los concursos más famosos de la historia televisiva. Cómo un chico salido de los vertederos de Bombay ha logrado sortear esas pruebas provoca las sospechas de fraude entre los responsables del programa y su consiguiente detención e interrogatorio. Ése es el arranque argumental que, a base de flashbacks, nos desbroza los avatares de Jamal.
Slumdog millionaire es un drama con tintes románticos y de comedia, al que crítica y público han dispensado una excelente acogida en el Reino Unido y EE UU, a pesar de que un tercio de los diálogos están en hindi.
En los próximos días, Boyle se dispone a presentar la cinta en la India, con la incógnita de cómo recibirán allí las audiencias el retrato del lado más oscuro de aquella sociedad, tan ajeno a las fantasías de evasión de Bollywood. Y, para mayor escarnio, obra de un extranjero. "En Dhavari vimos cosas terribles, la pobreza, la insalubridad, los vertederos. Pero cuando experimentas aquella locura compruebas que va mucho más allá de la visión que se tiene desde el exterior: hay un espíritu muy vivo de comunidad, de capacidad de sobrevivir e incluso de búsqueda de la felicidad. He intentado captar ese espíritu aun a riesgo de que me acusen de dar glamour a la miseria", alega frente a cierta crítica que le imputa una "pornografía de la pobreza".
Los protagonistas infantiles, de los que sólo uno es actor profesional, conforman el gran hallazgo del reparto, que se completa con la estrella bollywoodense Anil Kapoor, el reputado Rifan Khan y la dulce belleza de Freida Pinto.
Danny Boyle desembarcó en Bombay con un reducido equipo británico, porque el grueso de la producción recayó en los medios locales. "Tienes menos control, pero ésa es la forma correcta de filmar en un mundo moderno. Cuando rodamos con Di Caprio en Tailandia, nos convertimos en un ejército invasor. Con mi segunda película en Asia he conseguido enmendar aquel error".